Como profesora, Vita Martínez, permite que los estudiantes jueguen con el espacio – aula, proponiendo nuevos órdenes nacidos del caos de los elementos.
Así, durante el año 2017, los habitantes de aula desestructuran sillas, pupitres, roles, y lugares.
Utilizan diferentes elementos urbanos, como un parque, una rotonda e incluso la playa.
Creando un aula diferente, en un lugar imposible, el océano, donde los límites son permeables a la climatología.